Hoy
por fin te encuentro,
hoy
te puedo mirar.
Has
vivido conmigo un tiempo,
mi
querida amiga soledad,
has
guardado conmigo silencios,
recogido
mis lágrimas
en
mis ratos de ansiedad.
No
hay un lugar soñado
donde
no hayas estado.
No
hay rincón escondido
donde
no hayas habitado.
mi
querida soledad.
Hoy
te pido que te vayas,
que
me dejes encontrar
ese
lugar perdido
donde
habita la paz.
Hoy
necesito un respiro
mi
querida soledad.
Por
eso con tiernas palabras te digo:
¡Vete!
déjame en libertad.
Quiero
sentir la brisa, la lluvia, el viento,
quiero
gritarle a la vida:
¡No
estoy sola! Ya se ha ido soledad.
M M
(20-5-2002)
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