Redobla la voz del verso
como
las campanas.
Alegre
canta al viento una sonrisa de niño
en
engarzadas perlas que dulcifican el alma.
Como
añejo vino va vistiendo al tiempo
de
aromas y tonadas.
Va
quitándole al camino las espinas y las
penas,
y
vuela con ella mis ojos al placer de las palabras.
Ella
repica en su vuelo,
ama
la soledad de tus ojos
para
amarte con un beso.
Ese
amalgamado beso de silencio
donde
soy más tuya que mía.
Donde
se escapa mi alma suicida
para
amar tu corazón al descubierto,
con
ebrio verso, bajo el Sol de Invierno.
Agua
clara,
agua
dulce como el caramelo.
Boca
de agua… ya no puedo atajarla.
Dulce
azor de mi alma,
la
voz del verso se derrama como agua.
Repica
en su vuelo de silencio.
¡Redoblan
las campanas!
M
M
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