martes, 24 de septiembre de 2013

Te sueño



Te sueño prolongado en mi boca
en un rastro acumulado de abrazos,
sobreviviente de los te quiero a solas
que ya no caben en mi garganta.
Y estallan en racimos de suspiros
sin más infierno que un viaje a la conciencia,
que me trae y me lleva de la mano
en la cresta de una ola.
Sordo murmullo navegando sin vela y sin rumbo,
en sueños que liban de mi boca besos.
Besos que no suenan cuando dicen lo que siento en tus ojos de silencio.

M  M
Reservado todos los derechos de autor ©

viernes, 20 de septiembre de 2013

Ese rincón de tu olvido


    

Incendias la noche de silencio
con miradas largas que crujen
desnudas en gestos de nostalgia.
Y saben a verso en tu boca
sollozando en mis labios tu sueño.
Amorosa mansión de pájaros
que llegan hasta mis oídos,
aquellos que fueron tus besos
desde ese rincón de tu olvido.



M M
Reservados todos los derechos de autor ©



martes, 17 de septiembre de 2013

El último pasajero de su tren


Las hojas se arremolinan con el viento
y la suave luz del otoño pasea distraída por las horas,
donde el sosiego y la calma curan las heridas de antaño.
El tic tac del reloj no para de hablar
y el desgastado silencio distrae a la conciencia
que viaja en el tiempo tras las huellas de un fantasma.
Tiritan las horas en la espera,
y murmura la conciencia
en la gravilla del sendero que lleva a la estación.
En dulce vuelo, escapa un suspiro
que calla en la antesala de su boca, un te quiero.
Esperando el último pasajero de su tren.

M M (30-11-2009)

Reservado todos los derechos de autor ©

sábado, 14 de septiembre de 2013

Como quisiera

 Como quisiera beber de tu boca
después de un salto al vacío de tu aliento
y entre tus dientes con el roce de las lenguas,
nacer al beso.
A un beso de ola, largo y desbordante
de sonidos, con piruetas en el aire.  
Donde mis ojos
de tus ojos no puedan apartarse,
bregando ese largo camino de silencio,
de retozo y alegría, vacíos de altiveza.
Como quisiera
en esa hermosa hora de la alquimia,
tenerte y quedarme sin aliento
cuando se va por el desagüe de la noche,
el sueño, al nacer un nuevo día en mi cabello
de nieve silenciosa.

 M M

Reservado todos los derechos de autor ©

domingo, 8 de septiembre de 2013

Tala el tiempo mi vida en la voz de una rueca

Tala el tiempo mi vida en la voz de una rueca
encallando tu mirada en mis ojos de sudario.
Y me florecen lirios en el alma
mojados en el dulce paladar de tu boca
donde lavo los sollozos de la mía.
¡Lo sé!
Pero no basta un pasillo de silencio,
ni que apriete mi voz entre los dientes.
De mi boca,
mana tu nombre de llanuras y montañas.
En mi alma,
amasa el tiempo suspirando los recuerdos,
que en blanco y negro, pueblan mis entrañas
de silencios en barbecho, esperando su cultivo.
Tala el tiempo mi vida,
y tu vida, es una vida con la tierra ya labrada.

M M

Reservado todos los derechos de autor ©

viernes, 6 de septiembre de 2013

ALGO QUE CONTAR



Quería seguir siendo niña, no quería crecer. Le gustaba su mundo debajo de la cama. Saltaba a la vista de todos que era distinta, esa diferencia marcada por un mundo interior. Para ella, todo lo que necesitaba estaba en los libros que por aquel entonces caían en sus manos. Si la buscaban, estaba debajo de la cama leyendo. Allí, era una princesa, una aventurera, una mariposa, hasta un gato si el libro así lo decidía.

Siempre esperaba ansiosa su cumpleaños, los reyes o la visita de alguien que conocía su debilidad por los libros. En esos momentos, su lectura eran aquellos libros que en su interior llevaban además de texto, una página de imágenes que coloreaba aunque no fuera ese su cometido. Hoy cuando los toma entre sus manos los acaricia emocionada. Ve en sus páginas amarillas el paso del tiempo, su nombre en la página de inicio y los dibujos coloreados… vuelve a ser aquella niña por unos segundos y piensa que creció debajo de la cama. Cuando se detiene a pensar en ello cree, que allí era donde verdaderamente estaba la magia. El mundo adulto allí no llegaba… ese malestar de mayores no la alcanzaba. Nadie bajaba hasta allí…como mucho levantaban la colcha y le decían ¡a comeeer!. Esto casi siempre sucedía cuando estaba tan metida en la historia que se lo tenían que repetir varias veces o sacarla de debajo de la cama tirando de sus pies.  






Un día su padre entró por la puerta contento con una sonrisa que ella no entendía. Cumplía trece años, trece años siendo niña, es poco pensó, cuando su padre le dio el regalo y le dijo; esto es un libro para mayores. Era un paquete con flores muy pequeñas de muchos colores, llevaba una cinta sujeta al libro por una pegatina de la librería donde se lo había comprado.

Fueron muchas las veces que su padre la llevó delante de la vidriera de esa librería y le señalaba los libros mientra comentaba emocionado historias sobre ellos. Cuantos libros pensaba ella y miraba a su padre con entusiasmo para mostrarle su alegría por compartir con ella aquel lugar.
Ese día, al abrir el paquete en su interior había un libro diferente, no era igual que el resto de los libros que tenía, se parecía mas a los libros serios de la vidriera, esos que leía su padre. En su portada alcanzó a leer el título: ”La Edad Prohibida”, en aquel momento quién lo escribió no fue un dato importante, fue importante cuando lo acabó.

Hoy cuando recuerda, piensa que es el libro más importante que ha leído, marcó su vida. La sacó de debajo de la cama y la sentó en el sofá…cuando habla de ello siempre dice que la acunó en sus brazos. Allí se  hizo mayor, descubrió el dolor, la perdida de seres queridos, el primer amor, la amistad. Dentro de las páginas de aquel libro  había un niño que dejaba de ser niño para comenzar a crecer y ser adulto. Vivió su adolescencia, su juventud y al fin descubrió al adulto que dio lugar a aquella  amarga y dulce historia.

Nunca volvió debajo de la cama, pero en días como hoy cojo el libro, cierro los ojos y me permito ser niña de nuevo.





M M (12-9-2012)
Reservado todos los derechos de autor ©



miércoles, 4 de septiembre de 2013

Gritaste a la negra noche

Gritaste a la negra noche
para despertar la Luna silente de Otoño.
Besaste el acantilado de su boca de coral,
y te enamoraste al ver el galope de su verso.
Ahora, quédate afónico hablando al caracol,
tarde volverá a salir el Sol que tibie el invierno
para calentar tu corazón.

M M

 Reservado todos los derechos de autor ©

lunes, 2 de septiembre de 2013

Te adivino en la maestría del verso

   

Te adivino en la maestría del verso
frágil de tu roto corazón
cuando oigo el mudo azote
que provoca a tu alma.
Férreo timbre de musgo,
lacio silencio melancólico
de encendidas antorchas en tus ojos.
Ellos, usurpan el sosiego de la rima,
y en mi alma,
provocan ardor al verso que zozobra en el silencio,
en el hueco de mis ojos,
tras el velo de gasa donde vibra mi amor.
Más,
es cierto que escucho tonadas
entre los brazos del fuego con amarga sazón.
El ruiseñor, trina su cantinela

M M

 Reservado todos los derechos de autor ©