Como quisiera beber de tu boca
después de un salto al vacío de tu aliento
y entre tus dientes con el roce de las
lenguas,
nacer al beso.
A un beso de ola, largo y desbordante
de sonidos, con piruetas en el aire.
Donde mis ojos
de tus ojos no puedan apartarse,
bregando ese largo camino de silencio,
de retozo y alegría, vacíos de altiveza.
Como quisiera
en esa hermosa hora de la alquimia,
tenerte y quedarme sin aliento
cuando se va por el desagüe de la noche,
el sueño, al nacer un nuevo día en mi
cabello
de nieve silenciosa.
M M
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