El deseo imposible
y nuestra realidad implacable
no se deja vencer en esa voz de desamor.
Tú me presientes, yo te sueño,
pero está este vacío inexplicable
que nada lo puede ocupar.
La añoranza y el deseo resultan
paradójicos;
La conciencia dolorosa
de nostalgia y deseo, de nada y de nadie,
explica el vacío que siento.
No tengo nada que perder
porque no lo he tenido.
Por eso mis versos
son conciencia e imaginación creadora,
de una realidad de mis sueños
y tu presentimiento.
M M (26-11
2011)
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