Tu
boca,
manantial
de mis besos
donde
naces tú sin palabras
aniquilando
mi yo en la batalla,
cuando
cuerpo a cuerpo
juntamos
nuestras almas.
Tu
boca,
aliento
ávido de tus ganas
donde
el húmedo deseo
del
alma, tus besos,
lazos
de nácar.
Tu
boca,
que
dibuja mundos infinitos
cuando
nos gozamos en amor
en
sus esplendidas moradas.
Donde
me prodigas con tus besos,
agitas
mi deseo y te vuelves proclama
mostrándome
el reino infinito, el edén,
de
la mano de tu boca.
Tu
boca, mandato de mi amor.
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