Cuánto
insiste vuestra devoción
insinuándose
discreta al amor.
Lanzando
imposibles al corazón,
pero mi
alma declina, mi señor.
Este
corazón noble y honroso
que
cuando ama es fiel en razón
atendiendo
al clamor de su pasión.
Siendo
con ésto, un amor poderoso.
Yo
declino mi señor. Y desnudo,
por que
no quiero desventura.
Ensancho
mi pecho y sin escudo
doy a
su buen nombre sepultura,
cuando
predica mi voz sin temores
la
soledad de noches sin amores
en los
jardines tristes, sin sus flores.
Pero
declino, amor, con errores
M M
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