Amaneces
continuamente
de mis
profundos silencios,
como nieve
perpetúa con ventisca.
Frío
témpano de hielo empozado en el alma.
Recuerdo
silente que agoniza los sueños
en noches
negras de muerte.
Caricia
mordaz de afilados
colmillos.
Parece que
quisieras… Pero no eres inocente.
Muerdes,
muerdes como la muerte
con tu
profunda tristeza.
¡Ay, honda
soledad!
Hoy eres
aún más negra.
Hoy, me
impulsas a llorar.
M M 13-7-2012
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