En las ramas de la encina
los pájaros trinan,
están los nidos con las
crías.
El salto del agua salpica la
orilla
y las acacias se embelesan de
dicha
al sentir el calor de la renovada vida.
Al pie del roble la rosa
suspira
en el azul inmenso que emana
del cielo.
Coronan su dicha los rayos del sol
que calientan las solitarias
manos del hombre
que con amor la cuidó.
Mas, el hielo del duro
invierno
a la rosa congeló, al pie del
roble se deshojo.
M M (13-10-2012)
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