Estás equivocado.
Por decirte, te diré
que no tengo…
Él estuvo en la
guerra
ganó y perdió
sus justas batallas.
Está muerto,
y de luto mi alma.
No te castigues
en meter el dedo en
ese hueco,
ahí, no hay nada.
Es una herida,
una herida de
mortaja.
¡Levanta los ojos,
mírame a la cara!
¡ Lo juro!
En este alma
sólo crecen malvas,
no hay otoños, ni
primaveras… nada.
No sufras
puedo con mi carga,
pero quiero que
sepas una cosa;
te hablo de frente
no doy la espalda,
y aunque mi ropa es
paciencia
no tenses la cuerda
al otro lado no hay
nada
a nada está atada.
Te vas a encontrar
con dos cabos.
M M ( 12-4-2012)
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