martes, 23 de octubre de 2012

¡No ves!



Este silencio riguroso de mi pluma
abre hoy la puerta de mi boca
para decir que te equivocas;
No fuiste cualquier cosa,
y no fue cualquier beso
el que recreó mi boca en tu boca.
No ves la inquietud de mi mirada
al sentir de ti la ausencia de tu alma.
Mis sienes se han vuelto plateadas,
añoran reprimiendo alguna lágrima.
Hoy cantas,
cantas como el agua que trota por el Duero
una copla enamorada con rabia.
Amargo lloras  ante mi puerta,
y yo, ya  la tengo cerrada.
El dolor me ha vuelto desconfiada.

M M 13-7-2012

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