Este
silencio riguroso de mi pluma
abre
hoy la puerta de mi boca
para
decir que te equivocas;
No
fuiste cualquier cosa,
y no fue cualquier beso
el que
recreó mi boca en tu boca.
No ves
la inquietud de mi mirada
al
sentir de ti la ausencia de tu alma.
Mis
sienes se han vuelto plateadas,
añoran
reprimiendo alguna lágrima.
Hoy
cantas,
cantas
como el agua que trota por el Duero
una
copla enamorada con rabia.
Amargo
lloras ante mi puerta,
y yo,
ya la tengo cerrada.
El
dolor me ha vuelto desconfiada.
M M 13-7-2012
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