No espero a un guerrero
ni a un alquimista
de sueños.
Te espero a ti; _
Al que juega a las
puedas,
y no sabe de
tretas.
Al que abre mis
puertas
y recorre mis
laderas
como campo de
batalla,
donde hace mis
locuras
cuando escribe
partituras
con su boca
enamorada
en las olas de mi
alma
dibujando caracolas
al cruzar nuestras
miradas.
¡No! no espero a un
guerrero,
ni a un alquimista
de sueños.
Te espero a ti
para andar contigo
lo que queda del
camino
sé que es nuestro
sino.
M M (21-3-2012)
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