Reverdece
la pena en la melancolía
cuando
oprime la soledad.
Duelen
los recuerdos
que
quedaron en las manos,
y
marchitan como flores los sueños
que
lloran la pena, lloran,
en el
altar del amor.
Duele,
hiere y da muerte
no en
vano con dolor
este
anhelo de amor.
Y
siente el corazón que lo envuelve
y
vuelca el dolor sobre la pena, un lamento,
cuando
lloran, lloran penosos
los
sueños, que en ardiente deseo
pecan,
pecan por nombrarlo
en
esos deseos vivos que cobardes y mudos
golpean
el pecho con tormento
el alma en el sueño,
cuando
la vieja Luna regresa para soñar.
M
M (12-9- 2011)
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