Te
forjo en sueños,
en
la encrucijada de mi alma.
A
escondidas,
en
el vuelo invisible de la tarde
de
enamoradas sombras.
Te
forjo en la melodía
que
se repite una y otra vez,
a la
misma y extraña hora
cuando
te coronas
en la
inmensidad del sueño.
Y siento
escalofrío,
y a
la vez un gran reposo,
cuando
cruzas como una centella mi pecho
en
felicidad y paralizas la noche sin raciocinio,
donde
nace el amor en mis ojos.
Intimo
y silencioso en la penumbra
te
fundes con mi sombra
en la
humilde oscuridad
que
detiene instante.
Dormida
mi piel en tus brazos amante,
mi
fortuna eres.
Deseos
y anhelos,
que
forjo en el sueño.
M M (22-12-2009)
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