Hoy es un día de esos.
Un día donde el aire tiene ese olor
especial.
Donde la brisa acaricia el paisaje
mientras el Sol se cuela entre las ramas
del viejo roble.
Las nubes dibujan el edén en el cielo.
Las praderas están cubiertas de colores,
y las mariposas embelesan la vista del
valle.
Entre las ramas se oye el trinar de los
pájaros,
y en el río, el retozo del agua arrastra
los sueños
evocando la mejor melodía ,las alegrías del
alma.
Las hojas caen despacio con el susurro del
aire,
y las gotas de rocío parecen que lloran
al despedirse del gélido aire de la noche
estrellada.
Y allí, callada, en silencio, inmóvil,
la retina sufre tanta belleza
que el corazón contiene el aliento
al desbordarse una lágrima en la mirada,
al sentir tanta emoción.
M M(19-11-2009)
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