en la voz
que agrieta un verso
para
salivarme en tu boca.
Y no, no
estoy inventada de ti
ni me
vacié de tu boca para caer en tu cama
acumulándome
tan solo en tristezas.
Mas tú lo
sabes
y te
ahogas en un sonido apagado
soñando
besos de almohada.
Y has
hecho un telar en la vigilia del sueño
para
besarme de jazmines la boca
con el
sonido de tus dedos al vestirme en el verso.
Pero el
tiempo nos ha quebrado como hoja
volando
quimeras de otoño en largas noches frías
con
vocales melancólicas.
Ahora dime
¡Dime! Cuánto se puede callar tras los ojos
en un
himno de amor lacerando la boca, matando el sonido.
¿Cuánto?
M M
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