Abracé aquella tarde
como
quien abraza
el
último instante de vida.
Lloré
sintiendo pudor en la lágrima
que corría desnuda de sueño por mi mejilla.
Sí,
la abracé
y
fue una tarde larga ungida de nostalgia
llorando
fatiga en las ramas del viento
donde
azotaba tu voz , tu boca, tu beso.
Una tarde con un hueco vacío,
con
cristales vahídos de ojos que esperan.
Sí
, una tarde muerta, atrincherada,
callada
guardando luto de tristeza en insomnio.
Tan
solo, en algún momento un murmullo
de
silencio poblado de horas ,esperaba la
aurora
como
quien espera la muerte.
M
M
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