domingo, 16 de noviembre de 2014

Mañana será otro día

  

   De un tajo, cortaré la idea clara,
de un golpe, sacaré los ojos del error.

Ella, cuando cae al suelo en la sombra
es fértil con el poder de su mano siniestra.
A veces, la veo como un lobo  descolgarse
e  invade con su miedo mi silencio.
Entonces, hablo con Dios y con mis muertos
cuando siento en su mano la empuñadura del mal sueño.
Y del lado soleado, la miro, le mantengo la mirada,
y no me ruborizo ni blasfemo cuando ella silenciosa  me tortura.
Tan sólo la soporto vomitando  sus cenizas,
conjugando ese idioma de la vida en su juego a la ruleta.
Pero en  la noche, cuando  acude como un zorro,
yo, con un arma entre los dedos girando el tambor, apunto y la asesino.
¡Mañana será otro día!

M M

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