Tu voz remota se acerca
azul, cuando tu lánguida
sombra reza en
el sueño;
penar de mi
conciencia.
Llora mi voz versos al aire,
y las golondrinas beben
del dolor de mi sangre, la pena.
En el firmamento las estrellas
hoy se muestran negras,
ponen nombre oculto
a tu impúdico
llanto.
Llora, y se enconan las horas
en el frío recuerdo
de tu boca callada;
la mentira.
Amanece… y yo deje de creerte
M M (28-9 2011)
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