Comencé a olvidarte
con el silencio
que expira de tu boca;
hoja seca que descuelga de la
rama.
Te olvidé,
ya no quedan quejas
ante el frío de tu boca.
No ladres a La
Luna
ni cantes cual gorrión
absurdas sinfonías.
Te olvidé a fuerza de
recordarte.
M M
No hay comentarios:
Publicar un comentario