Hemos
viajado juntos
desde la
noche
hasta las
luces del amanecer
para
amarnos sin prisas.
Demorándonos
lícitamente
en cada
momento,
desde el
principio
vestidos
de amor,
renaciendo
el uno en el otro.
Abrazados,
suspirando, sollozando la primavera
donde
cantan nuestros besos.
enardecidos
en mi boca
con celo
generoso, desmayados
en su
dulce melodía.
Los míos,
soberanos en tu boca,
legítimos
de ella.
Huella
sobre huella
sin
perdernos, abandonados
uno en
el otro,
en nuestro
aliento.
Amándonos
en la plenitud del oleaje
hasta el
último instante.
Agitados
por la ondulación,
me miras,
te miro
¡Y no sé!
Sólo tengo
silencio.
Tu pupila
cegando la mía
y yo, tan
llena de ti,
me
abandono en tus brazos.
M M (30-8-2012)
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