No quiero que hables de mí.
Quiero que acabe en tu boca mi nombre
y que olvides que un día existí.
Y si es necesario:
mata mi recuerdo,
ahógalo de olvido,
porque así, dejaré de sentir en mí tus
latidos.
Déjame sola.
Pon esa distancia necesaria y suficiente
porque hoy,
me siento cansada de releer el sin sonido
de tu voz.
¡Olvídame!
que yo intentaré olvidarte.
Deja que me vaya aunque luego te recuerde
y tú quieras encontrarme en otros brazos
o besarme en otra boca.
Quédate en ese prolongado silencio,
que yo,
no lloraré amor mío.
Me consolaré pensando que me remplazaste en
el sueño,
que arrancaste esta parte de mí para vivir
cada día tu rutina.
Pero ya no importa,
no te engañes, ni me engañes
acumulando estos sueños sin palabras.
Estamos solos, no finjas la mirada.
Me amas,
y me acorralas de silencio,
pero yo, te mastico en mi boca
y hago besos en tus labios
porque a pesar de todo esto, yo te amo.
¡Pero quiero qué acabe!
Sí, que acabe esta manera de tenernos
sin tenernos de verdad.
M M
No hay comentarios:
Publicar un comentario