Eres otoño en mi pálida nostalgia,
melodía latente en
el caer de las hojas
de imborrable
recuerdo.
El canto del reloj
al atardecer.
La palabra donde me
doy al placer de tu boca
paseando ceñida a
tu firme silencio.
Eres mi voz pasando
por el ojo de la aguja,
un fino hilo,
bordándome paisajes
a la orilla de tus ojos.
Un inmenso litoral
dulce de vertientes pronunciadas
donde nace al asomo
tu boca mis alas desplegadas.
Eres cualquier
argumento volando en mi pestaña,
para abortar el
dolor.
M M (28-1-2014)