Esperando
una palabra
que
no llega.
Una
palabra
en
una espera
que
no acaba, sabiendo
que
no llega.
Todo
es espera.
La
palabra
siempre
ausente.
¡Tan
ausente!
Tapiada
tras los muros
silenciosos
de la mente.
Allí,
tú tan ausente.
Yo
esperando una palabra de tu boca,
y no
estalla.
Quizás
cuando
llegue la muerte.
¡Quizás,
allí la encuentre!
Pero
ya estaré ausente.
Ahora,
permíteme llorarte.
M
M (1-3-2012)